Un arquitecto dijo: " Hoy en día, todas las ciudades quieren tener su Guggenheim porque todo el mundo quiere ir al Guggenheim."
Un gran verdad.
Y aquí estamos nosotros, pasados más de 20 años, visitando de nuevo Bilbao porque queremos ver su Guggenheim.
Y hemos comprobado que este edificio ha devuelto la vida a la ciudad.
En esta visita hemos cambiado la falsa imagen que teníamos de un Bilbao con apenas interés, gris, frío, industrial, lleno de fábricas y contaminación, por otro que ahora todo el mundo quiere conocer.
Ir al museo a visitar la obra que marcó el inicio del cambio en la ciudad es la mejor manera de entenderlo.
Inagurado en 1997 y diseñado por el arquitecto canadiense Frank O. Gehry, se convirtió rápidamente en un icono para la ciudad y en un gran atractivo turístico.
La verdad es que es un edificio espectacular, una auténtica pasada. Simula la forma de un barco en la ría.
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La colección permanente del Museo Guggenheim de Bilbao cuenta con una escultura impactante, divertida para algunos, inquietante para otros. Se llama Maman (mamá) y es obra de la artista francesa Louise Bourgeois. Se trata de una gigantesca araña realizada en bronce, acero inoxidable y mármol.
El arácnido pesa 22 toneladas, mide 10 metros de altura y 10 metros de diámetro y cuenta con una bolsa que contiene 26 huevos de mármol.
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Se encuentra ubicada en la parte posterior del Museo Guggenheim, junto a la ría de Bilbao y bajo el puente de la Salve.
Para muchos que sufran de aracnofobia la escultura puede resultar algo desagradable, pero quizás es porque no sepan la intención con la que la escultora Louise Bourgeois realizó la obra.
A pesar del aspecto hostil, la araña está cargada de metáforas relacionadas con el tejido, el cuidado y la protección.
En palabras de Louise Bourgeois "las arañas son seres amistosos que devoran los mosquitos. Sabemos que los mosquitos propagan enfermedades y son indeseables. Por lo tanto, las arañas son beneficiosas y protectoras."
Y aquí está la mascota Puppy, este perro guardíán es casi tan famoso como el museo.
Llama mucho la atención, se trata de una escultura hecha de flores.
Y seguimos nuestro paseo atlético descubriendo el museo y toda la zona que lo rodea.
Este es el Puente de la Salve.
Aunque se le conoce como puente de La Salve, su nombre oficial es el de “Príncipes de
España”.
De hormigón verde, fue el primer puente de España con sistema de tirantes y uno
de los pocos con tablero metálico.
Se construyó a principios de los años 70 para conectar el corazón de la ciudad con los barrios periféricos.
Ahora, además, se integra en el Museo Guggenheim Bilbao.
De hecho, al cumplirse el décimo aniversario del Museo, se inauguró en el puente una gran puerta roja del artista francés Daniel Buren llamada " L'Arc Rouge" (El arco rojo)
Y ya estamos al otro lado de la ría, viendo otras vistas del museo desde las escaleras Puente de la Salve.
Pues nada, amigos, maravillada estoy con tanta belleza.
Deseo que algún día también lo podáis disfrutar los que aún no lo habéis hecho.
"El bosque sería muy triste si sólo cantaran los pájaros que mejor lo hacen." Tagore
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