Hoy es uno de esos típicos días calurosos alentejanos que el termómetro se dispara y lo único que apetece es darte un chapuzón (a algunos).
Como ya sabéis, el agua no es lo mío, y yo solita no entro ni que me esté asando de calor.
Y una vez dentro, salgo como un resorte.
Este es mi compañero Curro, él sí que se baña solito y feliz.
Yo me lo miro desde fuera.